Diputado de la Lega admite que el Decreto de la Vergüenza pone en crisis a la mayoría y dice que hará todo lo posible para impedir la aprobación del “pasticho jurídico” en la Cámara

Aunque es vicepresidente de uno de los partidos que apoyan al gobierno de Giorgia Meloni, el diputado italiano Dimitri Coin rompió el silencio institucional y denunció, en una entrevista exclusiva con Revista Insieme, que el Decreto de la Vergüenza (Decreto-Ley n.° 36/2025) está provocando una crisis sin precedentes en la base parlamentaria del gobierno. Coin, presidente de la Lega en la provincia de Treviso y miembro de la Cámara de Diputados, promete votar en contra del contenido del decreto, que restringe drásticamente el reconocimiento de la ciudadanía italiana iure sanguinis, y pide “coraje político” a sus colegas de partido.

Este decreto ha provocado las primeras grietas reales en la mayoría más sólida de Europa”, afirmó Coin, refiriéndose a la coalición compuesta por Fratelli d’Italia, Forza Italia, Lega, MAIE y Noi Moderati. Según él, el malestar está generalizado y ya se ha expresado públicamente, como en el duro discurso de la senadora Daisy Pirovano en el Senado. “Hay una grieta, como se dice en mecánica: una fisura. Aún no es ruptura, pero está ahí. Visible.”

PATROCINANDO SUA LEITURA

Lo que agrava aún más el clima político es la inusual rapidez con que el decreto pasó del Senado a la Cámara. Aprobado la tarde del jueves 15, el texto fue inmediatamente remitido a la Comisión de Asuntos Constitucionales, que empezará a analizarlo ya el lunes 19. Con eso, solo quedan cuatro días hábiles para debatir, presentar enmiendas y deliberar antes de su votación en el pleno. “Esto es una imposición inaceptable, una agresión al proceso legislativo”, criticó Coin.

Pasticho jurídico e infamia histórica

Coin fue una de las primeras voces del Parlamento en calificar el texto como un “pasticho jurídico de proporciones históricas” y como una “infamia contra los italianos en el exterior”. En su opinión, la norma atenta contra los propios fundamentos de la ciudadanía italiana basada en el derecho de sangre. “Quieren borrar a América del Sur, pero también a suizos, canadienses, australianos. Mi propia familia, que vivió 50 años en Suiza, se verá afectada.”

El punto más crítico es la exigencia de que el ascendiente haya tenido “exclusivamente la ciudadanía italiana” para transmitirla — lo que excluiría prácticamente a todos los descendientes de italianos emigrados en el siglo XX. “Es un error técnico, jurídico e histórico. Y abre el camino a una guerra judicial que saturará los tribunales.”

Un trámite exprés que incrementa la tensión

El procedimiento acelerado en la Cámara también es motivo de crítica por parte del diputado. Con solo cuatro días hábiles para análisis y enmiendas, y con la posibilidad concreta de que el gobierno imponga un voto de confianza, Coin considera el proceso antidemocrático. “¿Una reforma de la ciudadanía por decreto, sin debate? Nunca se ha visto. Algo huele mal.”

Para él, el intento de usar el decreto como atajo legislativo revela presiones externas, incluso de sectores de la Unión Europea interesados en políticas migratorias que, según Coin, buscan la “sustitución de pueblos”. “Lo que vemos es una operación de vaciamiento de identidad. Y quien pierde es Italia.”

Amenaza económica y boicot al made in Italy

El diputado advierte que las consecuencias no se limitarán al plano jurídico: “Con este decreto, Italia está saboteando el turismo de raíces, perjudicando las exportaciones y ofendiendo a los descendientes que sostienen el made in Italy en el exterior.” Coin prevé boicots espontáneos: “Durante las guerras se imponen embargos. No me sorprendería que los italianos en el exterior decidieran dejar de comprar productos italianos.”

También recordó que el turismo de raíces generó 141 mil millones de euros y que Italia cuenta con una especie de Commonwealth natural — no impuesta por guerras, sino construida por la emigración — que ahora está siendo cortada.

Frustración con el Senado y esperanzas en la Cámara

Aprobado en el Senado con 81 votos a favor y 37 en contra, el texto pasa ahora a la Cámara, donde Coin cree que aún hay margen para resistir, especialmente si no se impone la confianza. Confirma: “Votaré la confianza al gobierno, pero en contra del decreto.”

Su crítica más severa, sin embargo, se dirige a la izquierda parlamentaria: “Si hubieran votado en bloque, el gobierno habría sido derrotado. Pero solo 37 senadores opositores votaron en contra. La izquierda entendió que este decreto abre la puerta al ius soli, que buscan desde hace 30 años. Fue una defensa interesada.”

Silencio cómplice y omisión de liderazgos

Coin se muestra especialmente decepcionado con el silencio de líderes de su propio partido, como el gobernador del Véneto, Luca Zaia. “Somos herederos de la segunda diáspora más grande del mundo. Si hoy existimos es porque nuestros bisabuelos sobrevivieron gracias a la emigración de sus hermanos. Olvidar esto es una traición.”

También critica la tibieza de los Comites y del CGIE, y acusa directamente a parlamentarios electos en el exterior, como Andrea Di Giuseppe (EE.UU.), de actuar contra sus propios compatriotas.

Una batalla que continúa — en los tribunales y en el Parlamento

Coin cree que la lucha continuará en la vía judicial: “Ya hay estudios que señalan graves inconstitucionalidades. Tal vez el propio gobierno lo sepa, y por eso presentó un proyecto de ley paralelo.”

Para él, la crisis ya está instalada, incluso si no se manifiesta en votos contrarios: “Incluso si el decreto se aprueba, la grieta política está abierta. Y no se cerrará.”

“La sangre no es agua”

Coin cierra con un mensaje dirigido a la comunidad italiana en el exterior: “La sangre no es agua. Aunque el Estado nos niegue, seguimos siendo italianos. Somos un pueblo, no solo ciudadanos. Y ningún pueblo puede ser eliminado por decreto.”