Un detalle revelado casi en tono de confidencia durante una reunión de alto nivel en la Embajada de Italia en Brasil, este jueves (23/05), expuso el papel directo del Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia – la Farnesina – en la elaboración de la llamada “Ley de la Vergüenza”, que impone severas restricciones al reconocimiento de la ciudadanía italiana por descendencia. La admisión provino del propio Director General para los Italianos en el Mundo (DGIT), ministro plenipotenciario Luigi Maria Vignali, frente a cónsules, presidentes de los Comites – Comitati degli Italiani all’Estero – y consejeros del CGIE – Consiglio Generale degli Italiani all’Estero – elegidos en Brasil.
Según información obtenida por Insieme, Vignali afirmó que fue la Oficina Legislativa del MAECI – Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional –, con apoyo de la DGIT, la que elaboró el texto que dio origen a la nueva ley, aprobada la semana pasada por la Cámara de Diputados italiana y publicada hoy en la Gazzetta Ufficiale della Repubblica Italiana, con las firmas del presidente Sergio Mattarella, de la primera ministra Giorgia Meloni, del ministro Antonio Tajani y de Matteo Piantedosi.
La revelación oficial sobre el origen del texto – hasta ahora tratada con ambigüedad por los representantes del gobierno italiano – causó incomodidad entre los presentes, pero solo encontró una reacción a la altura: la enérgica protesta del consejero Daniel Taddone, único en manifestar públicamente su indignación por el proceso que llevó a la aprobación de la nueva ley de ciudadanía. En su intervención, registrada en vídeo (que acompaña esta nota con subtítulos en portugués), Taddone declaró con ironía: “¿Para qué servimos? Nos pidieron hablar de ciudadanía, pero luego hicieron todo sin nosotros”.
Taddone denunció la exclusión del CGIE y de la comunidad ítalo-brasileña del proceso legislativo, y lamentó la total ausencia de participación formal en las decisiones que llevaron a la aprobación de la ley. A su protesta se unieron, con apoyo explícito, la consejera Silvia Alciati y los presidentes de los Comites Jobson Freitas Caraffa (ES/RJ), Edoardo Bonetti (PR/SC) y Fabio Fasoli (MG). Antes de Taddone, también hablaron los consejeros Walter Petruzziello y Stephania Puton, pero sin mencionar la nueva ley – tema extremadamente sensible para millones de descendientes de italianos en todo el mundo.
En otro momento de su intervención, Taddone volvió a exigir firmemente los datos sobre los valores recaudados por los consulados brasileños con los procesos de ciudadanía italiana, tema que ya había planteado anteriormente al propio Vignali y reiterado en diversas ocasiones a la Embajada de Italia en Brasil, sin obtener respuesta. “Queremos los números por sede consular de los valores recaudados bajo el capítulo 7-bis, porque todo el tiempo oímos que no hay recursos, pero nadie dice cuánto se cobra con la ciudadanía”, declaró, anunciando que enviará una nueva solicitud formal por PEC (correo electrónico certificado).
Las reuniones en Brasilia se desarrollaron en tres momentos: el miércoles por la mañana (22/05), el embajador Alessandro Cortese reunió a los cónsules titulares y honorarios de Italia en Brasil. Por la tarde, fue el turno de los cuatro consejeros brasileños del CGIE – Taddone, Alciati, Puton y Petruzziello – de sentarse con el cuerpo diplomático. Y este jueves, los siete presidentes de los Comites del país se unieron al grupo, con la presencia también del diputado Fabio Porta, elegido por América del Sur.
La Embajada de Italia calificó el encuentro como “fructífero” y de “diálogo franco”. Sin embargo, para muchos, lo que se leyó entre líneas resuena con más fuerza: la nueva ley – ahora irreversible – nació dentro de la misma Farnesina, y los representantes oficiales de los italianos en el extranjero no solo no participaron en su redacción, sino que ni siquiera fueron informados. Ni siquiera se tramitó el parecer obligatorio y formal del CGIE, exigido por ley, antes del anuncio del ministro Tajani que – irónicamente – es también presidente del mismo CGIE.
Para Daniel Taddone, el saldo es de frustración: “¿Estamos allí solo para pasear por Roma? Porque, al final, la DGIT hace lo que quiere y nosotros no servimos para nada”. La pregunta resuena como denuncia de un sistema que, mientras convoca, ignora; que institucionaliza la presencia de los italianos en el mundo, pero los silencia en los momentos clave.
Sobre la reunión de este jueves con los presidentes de los Comites, se conocen algunas informaciones filtradas por los participantes, que permiten reconstruir parte de lo discutido. De la reunión anterior, realizada el miércoles por la tarde con los cuatro consejeros del CGIE elegidos en Brasil, no ha trascendido absolutamente nada – ni por parte de la Embajada ni de los propios representantes. El silencio contrasta con la importancia del encuentro y con las expectativas de la comunidad en cuanto a transparencia y posicionamientos firmes frente a la nueva ley.


Por cierto, la “Ley Tajani” ha entrado hoy oficialmente en vigor. Y con ella, tal vez, una nueva fase de distanciamiento entre el Estado italiano y su extensa diáspora. Según relatos – ya que, como es habitual, la prensa no es invitada ni tiene acceso a este tipo de reuniones, cuya participación está expresamente prohibida – el embajador Alessandro Cortese habría asegurado que todos aquellos que ya fueron convocados para entregar los documentos para el reconocimiento de la ciudadanía serán debidamente atendidos. Sigue siendo una incógnita, sin embargo, la situación de quienes estaban en antiguas listas de espera, como las de los consulados de Curitiba y Porto Alegre.
Acompañan esta nota dos vídeos con subtítulos en portugués de las sesiones de la Cámara de Diputados italiana del 20 de mayo de 2025, cuando se aprobó la nueva ley de ciudadanía. Las grabaciones incluyen la traducción íntegra de las intervenciones parlamentarias y constituyen un documento histórico imprescindible para comprender los argumentos, omisiones y decisiones que marcaron la imposición de lo que ya se conoce como “Ley de la Vergüenza” a la vasta comunidad ítalo-descendiente del mundo.