El diputado italiano Fábio Porta (Partito Democratico), representante electo por América del Sur, pronunció este jueves (18/09) un duro discurso durante el II Encuentro de la Comunidad Italiana de Rio Grande do Sul, realizado en el CIC de Bento Gonçalves. Ante líderes comunitarios de todo el estado, Porta criticó con firmeza la nueva ley de ciudadanía italiana – denominada por los ítalo-brasileños como el “Decreto de la Vergüenza” – y destacó el papel del Parlamento en la lucha contra medidas que calificó de discriminatorias e inconstitucionales.
Según Porta, la aprobación de la Ley nº 74/2025, que restringió fuertemente la transmisión de la ciudadanía iure sanguinis, coincidió de manera trágica con las celebraciones de los 150 años de la inmigración italiana en Brasil. “Estamos ante un retroceso violento, muy triste de nuestra legislación. En lugar de valorar a la comunidad italiana más grande del mundo, el gobierno envió señales de hostilidad”, afirmó, recordando los recortes en beneficios a jubilados y en el seguro de desempleo para italianos en el exterior.
El parlamentario también mencionó campañas mediáticas en Italia que, según él, distorsionaron la realidad de la búsqueda de ciudadanía por parte de los descendientes. “Llegaron a retratar a párrocos que acogen a los ítalo-descendientes como cómplices de tráfico humano. Fue una preparación del terreno para legitimar el decreto aprobado apresuradamente por el Consejo de Ministros”, denunció.
Críticas al proceso legislativo y propuesta alternativa – Porta subrayó que la ley llegó al Parlamento ya cerrada, sin un amplio debate, y que incluso se endureció durante su tramitación. “La nueva norma pasó a reconocer solo a quienes tienen exclusivamente la ciudadanía italiana, echando un balde de agua fría sobre millones de ítalo-descendientes con doble nacionalidad”, lamentó, recordando a su propia familia, con hijas ítalo-brasileñas.
Como contrapartida, defendió su propuesta de creación de un visado especial de cinco años para descendientes de italianos, independientemente de la generación o de la doble ciudadanía. “Sería una forma de reconocer el valor de la diáspora y, al mismo tiempo, responder a la crisis demográfica que amenaza el futuro de Italia”, explicó.
Esperanza en la Corte Constitucional – El diputado recordó que la ley será juzgada por la Corte Constitucional a partir de los cuestionamientos planteados por el Tribunal de Turín. “Es una ley inconstitucional porque es retroactiva y porque discrimina entre ciudadanos italianos de ‘primera’ y de ‘segunda’ clase. Confío en que la Corte lo reconocerá”, afirmó. No obstante, advirtió que incluso una decisión favorable no derribará automáticamente la norma, siendo necesario que el Parlamento apruebe una nueva legislación.
Porta concluyó defendiendo una antigua idea suya: una ley que obligue a enseñar la historia de la inmigración italiana en las escuelas. “Italia está perdiendo esa memoria, y sin ella pierde también la comprensión del presente y compromete el futuro. Nuestras comunidades son un recurso extraordinario, no un problema”, afirmó, recibiendo aplausos. Durante el encuentro, otros participantes abordaron el mismo tema, incluyendo al propio cónsul general de Italia, Valerio Caruso, al presidente del frente parlamentario Brasil-Italia, diputado Guilherme Pasin, y al presidente de la comisión de los 150 años, Fabrício Peruchin.