Durante un encuentro regional del PD – Partido Democrático realizado en Curitiba el pasado lunes (22/04), la profesora universitaria Maria Rosaria Barbato, más conocida como Marisa Barbato, criticó con firmeza el Decreto-Ley nº 36/2025, conocido como Decreto Tajani. Coordinadora del PD en América del Sur, consejera del Comites – Comité de los Italianos en el Exterior de Minas Gerais y docente en la Universidad Federal de Minas Gerais, Barbato concedió una entrevista exclusiva a la Revista Insieme, en la que abordó los efectos del decreto sobre los descendientes de italianos y denunció lo que calificó como un intento de borrar parte de la identidad italiana difundida por el mundo.
Según Barbato, el decreto representa una afrenta a la historia de la emigración italiana y afecta directamente a millones de personas que mantienen vivas sus raíces culturales y familiares con Italia. Ella misma, migrante y residente en Brasil desde 2008, destacó que los italianos que dejaron su país no lo hicieron por desprecio, sino por necesidad. Recordó que muchos fueron obligados a embarcarse, incluso niños, y que Italia debería reconocer esta historia, en lugar de deslegitimarla.
Indicó que el Decreto Tajani forma parte de una agenda política de exclusión promovida por el actual gobierno italiano, que, según ella, busca debilitar la representación de los italianos en el exterior. En las últimas elecciones, siete de los doce parlamentarios elegidos fuera de Italia eran del PD, y eso, a su juicio, explicaría el desinterés del gobierno en ampliar el número de ciudadanos italianos fuera del territorio nacional. Barbato agregó que el decreto fortalece a sectores de la derecha que utilizan el tema de la ciudadanía para reforzar su base electoral.
Según la coordinadora, la medida no solo ignora los vínculos afectivos y culturales de millones de ítalo-descendientes, sino que también desalienta la formación de nuevos lazos. Muchos de quienes obtienen la ciudadanía desarrollan un mayor interés por la cultura italiana, visitan el país, consumen productos locales y contribuyen a la economía y al turismo. Calificó este movimiento como una “riqueza desperdiciada”, afirmando que los italianos en el exterior son, muchas veces, los principales promotores de la italianidad.
Entre los países afectados, Barbato considera que Brasil será el más perjudicado, debido al expresivo número de descendientes de italianos, estimado en 30 millones. A su entender, es en Brasil donde la reacción ha sido más intensa, con manifestaciones organizadas por comunidades profundamente vinculadas a la cultura italiana. La profesora expresó su esperanza de que estas movilizaciones obtengan visibilidad y tengan repercusión en la opinión pública italiana.
Sobre las acciones concretas del Partido Democrático, Barbato informó que el partido trabaja por la revocación del decreto, pero también por modificaciones sustanciales en su contenido, a través de las enmiendas parlamentarias en trámite en el Senado. Las principales preocupaciones, según ella, se refieren a la retroactividad de la norma, a la elitización del acceso a la ciudadanía y al riesgo de judicialización de derechos históricamente reconocidos.
También afirmó que el decreto ejerce una presión indebida sobre la Corte Constitucional, que está a punto de pronunciarse sobre un caso relacionado con brasileños descendientes de italianos nacidos a fines del siglo XIX. Para ella, se trata de un intento de influir en la posición de la corte ante un tema delicado y de gran repercusión.
Como forma de resistencia y valorización de las raíces culturales, Barbato reveló que está en curso la creación, en la Universidad Federal de Minas Gerais, de la primera cátedra de cultura itálica en Brasil. Inspirada en una iniciativa similar ya existente en Argentina, la cátedra tendrá como objetivo preservar la historia de la emigración italiana y sus adaptaciones a las realidades locales.
Al final de sus declaraciones, Marisa Barbato reafirmó la importancia de no abandonar la lucha por la ciudadanía y por la dignidad de la diáspora italiana. A su juicio, ser italiano es una forma de vivir, de sentir y de expresarse, y esta pertenencia debe ser reconocida por las instituciones de la República Italiana.