En la Corte Constitucional, Mellone defiende a los descendientes y denuncia una “metástasis jurídica” en la nueva ley de ciudadanía italiana

Con una intervención oral enfática y cargada de simbolismo histórico, el abogado Marco Mellone abrió este martes, ante la Corte Constitucional italiana, la serie de defensas de los demandantes involucrados en el juicio de constitucionalidad de la nueva Ley de Ciudadanía Italiana. Representando a casi todos los autores de las cuatro causas originadas en los tribunales de Bolonia, Florencia, Roma y Milán, Mellone fue el primero de seis abogados en tomar la palabra ante los jueces constitucionales.

“Estamos aquí para salvar al Estado de su propia ineficiencia administrativa”, declaró Mellone, argumentando que el problema no está en los ciudadanos ni en la norma tradicional del ius sanguinis, sino en que el Estado italiano ha dejado de administrar correctamente el derecho a la ciudadanía reconocido a los descendientes de italianos.

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El abogado concluyó su intervención citando al presidente de la República: “la historia de la emigración italiana es una página esencial de la identidad nacional”. Y añadió: “Estos ciudadanos, nuestros descendientes de emigrantes italianos, han visto en los últimos meses cómo sectores enteros del Estado italiano —administración, política, incluso parte del poder judicial, además del circuito mediático y académico-científico— se han vuelto contra ellos. Les quedan dos instituciones de la República Italiana. Una se llama Presidente de la República (…) y la otra se llama excelentísima Corte Constitucional, en la que esta defensa —y todos los descendientes— depositan una profunda confianza”.

Después de Mellone intervinieron los abogados Antonio Achille Cattaneo, Diego Corapi, Giovanni Bonato, Monica Lis Restanio y Patrizio Ivo D’Andrea. El equipo legal también está compuesto por Giovanni Caridi, Maristella Urbini, Alberto Lama, Alessandro Vernice, Franco Antonazzo, Riccardo De Simone, Bruno Troya, Silvia Contestabile y Fabio Caddedu.

Tanto en la sala principal como en un espacio adyacente con pantallas, un número sin precedentes de personas previamente acreditadas siguió el histórico procedimiento, presidido por Giovanni Amoroso. La audiencia duró aproximadamente una hora y media. Al finalizar las intervenciones orales, la relatora, jueza Emanuela Navarretta, dirigió a Mellone una pregunta para aclarar un punto de su exposición relacionado con los cambios introducidos por la llamada “Ley de la Vergüenza”.

Mellone calificó la nueva legislación como una “metástasis jurídica inoculada por el legislador”, afirmando que representa un ataque al status civitatis de más del 90 % de los ciudadanos italianos, “incluidos todos los aquí presentes”. Recordó que la ciudadanía por derecho de sangre es la base de la identidad italiana desde 1861 y criticó duramente el intento de restringirla con efectos retroactivos.

El abogado también denunció el carácter “instrumental” de la nueva norma, que habría sido aprobada apresuradamente por el Parlamento con el fin de neutralizar el debate constitucional. Según explicó, eso transformó una cuestión antes “manifiestamente inadmisible” en una jurídicamente tratable. Por ello, pidió a la Corte que amplíe su control de constitucionalidad para incluir también esta nueva legislación, aunque sea sobreviniente.

La Ley n.º 74/2025 impone nuevas condiciones para el reconocimiento de la ciudadanía por ius sanguinis, como el nacimiento en territorio italiano o la demostración de ascendencia exclusivamente italiana por parte de padres o abuelos. Para Mellone, estas exigencias son “irrazonables” e incompatibles con la tradición jurídica italiana y europea. También denunció la violación del principio de irretroactividad y el riesgo de lesionar derechos ya adquiridos.

“Esto no es una ley: es un acto administrativo disfrazado, orientado a revocar efectos pasados y a afectar a una categoría específica de personas”, afirmó. Y recordó que hasta hace poco los jueces italianos reconocían sin mayor dificultad la ciudadanía de los descendientes —incluidos los mismos magistrados que ahora plantean dudas de constitucionalidad.

En la parte final de su exposición, Mellone volvió a evocar al presidente Mattarella, quien pocos días antes había reafirmado el valor histórico de la emigración italiana. “Para millones de descendientes de emigrantes italianos, solo quedan dos instituciones en las que confiar: el Presidente de la República y esta excelentísima Corte Constitucional.”

En una medida poco común, la audiencia fue transmitida en directo y seguida con gran expectación por las comunidades ítalo-descendientes en todos los continentes. Se espera que la sentencia de la Corte se conozca en las próximas semanas o meses. Podría haber un comunicado de prensa previo, aunque sin fecha definida.

Insieme acompañó la audiencia, realizando entrevistas antes y después del evento, dentro de los límites permitidos por la Corte, como se puede ver en los videos transmitidos en vivo que siguen a continuación. A continuación, también publicaremos las otras cinco defensas orales con subtítulos.